En la noche del domingo 27 al lunes 28 de septiembre de 2015 ocurrirá un eclipse total de Luna, el segundo del año y el único que resultará perfectamente visible durante todas sus etapas desde Sudamérica. Además, el eclipse se producirá con la Luna en su perigeo, por lo que nuestro satélite natural tendrá el máximo diámetro angular posible durante el evento.
Las fases más importantes del eclipse serán las siguientes. Todos los horarios están expresados en Tiempo Universal (TU):
- El eclipse parcial comenzará con el primer contacto umbral (U1 en el gráfico de arriba) a la 01:07.
- La totalidad comenzará a las 02:11 (U2) y finalizará a las 03:23 (U3).
- El eclipse parcial finalizará a las 04:27 (U4).
En la siguiente tabla ofrecemos la conversión a los horarios locales para distintos países de Sudamérica, en los que el eclipse comenzará durante las últimas horas del domingo 27:
Argentina, Brasil, Chile, Uruguay (GMT-3) |
Venezuela, Bolivia, Paraguay (GMT-4) |
Ecuador, Perú, México (GMT-5) |
|
Inicio de la fase parcial |
22:07 | 21:07 | 20:07 |
Inicio de la totalidad |
23:11 | 22:11 | 21:11 |
Máximo eclipse | 23:48 | 22:48 | 21:48 |
Final de la totalidad |
00:23 | 23:23 | 22:23 |
Final de la fase parcial |
01:27 | 00:27 | 23:27 |
En el transcurso del eclipse, la Luna se encontrará en el nodo descendente de su órbita, en la constelación de Pisces. De principio a fin, el evento durará unas tres horas y diecinueve minutos, sin incluir las fases penumbrales que son bastante difíciles de detectar a simple vista. El eclipse parcial comenzará cuando el limbo este del disco lunar comience a adentrarse en la umbra. El movimiento orbital de la Luna la llevará a adentrarse por completo en el cono de sombra de la Tierra en poco más de una hora.
En esta oportunidad el momento de mayor eclipse coincidirá con el perigeo lunar, por lo cual el diámetro angular de la Luna en el firmamento terrestre será entonces el máximo posible, produciendo lo que los medios masivos de comunicación suelen llamar una “superluna”.
Las capas superiores de la atmósfera de nuestro planeta refractan los rayos solares rasantes que delimitan la sombra terrestre, filtrando la luz verde y azul. Esto hace de la fase total de un eclipse lunar un fenómeno llamativo, ya que la luz difusa refractada por la Tierra baña la superficie lunar con tonalidades anaranjadas o rojizas. Si un eclipse se produce tras una erupción volcánica de importancia en nuestro planeta, la superficie lunar resulta más oscurecida debido a la presencia de cenizas volcánicas en suspensión, lo que dificulta la refracción de los rayos de luz solar. Por ejemplo, durante el eclipse lunar total de diciembre de 1992, la erupción del volcán del Monte Pinatubo, en Filipinas, hizo que la Luna resultara casi invisible.
Si bien en la actualidad los eclipses totales de Luna tienen un valor mínimo en cuanto a su investigación científica, ya que se trata de fenómenos completamente predecibles, resultan muy atractivos para la divulgación de la Astronomía, debido a que pueden ser observados a simple vista y generan gran interés tanto en niños como adultos.