El sistema estelar T Coronae Borealis, ubicado a unos 3.000 años luz de la Tierra, es una de las pocas novas recurrentes conocidas en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Sufrió una erupción por última vez en 1946, y los astrónomos predicen que lo hará nuevamente entre abril y septiembre de 2024, volviéndose visible a ojo desnudo por unos días.
T Coronae Borealis, o T CrB, es un sistema binario consistente en una estrella gigante roja y una enana blanca más pequeña, que se orbitan mutuamente cada 227 días. Ambas están muy cercanas entre sí, y cuando la gigante roja se vuelve inestable debido al aumento de su temperatura y presión, comienza a expulsar al espacio sus capas externas, formando un disco de acreción a su alrededor. A lo largo del tiempo, la enana blanca termina atrayendo ese material hacia sí misma con su fuerza de gravedad. Como consecuencia de esa transferencia, la densa atmósfera superficial de la enana blanca eventualmente se calienta lo suficiente para provocar una reacción termonuclear súbita y sin control, que produce la erupción que vemos desde la Tierra.
Registros históricos de la actividad de T Coronae Borealis
Hasta el momento se han registrado dos erupciones de T CrB. Normalmente la estrella brilla con magnitud 10, al límite de la visibilidad en binoculares y telescopios pequeños. Sin embargo, el 12 de mayo de 1866 su brillo se disparó y alcanzó la magnitud 2, superando a las demás estrellas de la constelación de Corona Borealis y resultando visible a ojo desnudo, antes de retornar a su tenue brillo habitual en cuestión de días. Unos ochenta años más tarde, el 9 de febrero de 1946, volvió a explotar alcanzando en esa oportunidad la magnitud 3.
T Coronae Borealis pasó desapercibida durante los siguientes 69 años, con su brillo manteniéndose estable en torno a la magnitud 10.2. Esto empezó a cambiar en febrero de 2015, cuando su magnitud aumentó ligeramente a 10.0 y se mantuvo así durante prácticamente un año. A partir de febrero de 2016, la estrella comenzó a aumentar su brillo desde el final del verano al comienzo del otoño en el Hemisferio Sur, hasta alcanzar su magnitud actual de 9.2.
Además de incrementar levemente su brillo, la luz proveniente de T CrB también se ha vuelto más azul. Los astrónomos describen su reciente actividad sin precedentes como la de una estrella que entra en un estado “superactivo”. Esto ocurrió por última vez en 1938, ocho años antes de su último gran estallido. Ahora, se espera que el próximo ocurra entre abril y septiembre de este año.
¡Atención observadores del firmamento!
Ver el estallido de esta nova recurrente es una oportunidad que se da una sola vez en la vida. Por eso, para ayudar al lector a encontrar la constelación de Corona Borealis e identificar el sistema T CrB incluimos dos cartas celestes; el resto dependerá de su constancia en la observación del firmamento.
Sin ir más lejos, el estadounidense Leslie Peltier, famoso cazador de cometas y amante de las estrellas variables, no perdió de vista a T Coronae Borealis durante más de 25 años, manteniendo la esperanza de observarla durante las primeras horas de su erupción. En la fatídica madrugada del 9 febrero de 1946, Peltier puso el despertador a las 2:30 am, con la intención de observar varias de sus estrellas favoritas antes del amanecer. Sin embargo, cuando se despertó y se asomó a la ventana, sintió frío y prefirió volver a la cama, lo cual fue un gran error: esa misma noche, T CrB volvió a brillar con fuerza después de casi 80 años.
¿Qué podemos esperar ver durante la erupción de T Coronae Borealis?
Una vez que alcance su máximo de brillo, T CrB debería resultar visible a simple vista durante varios días, y a través de binoculares por algo más de una semana. Luego, volverá a oscurecerse por los próximos 80 años.
Incluso es teóricamente posible -aunque poco probable- que eventualmente se llegara a acumular suficiente materia en la enana blanca aumentando su masa total más allá del límite de Chandrasekhar. Semejante cantidad de materia, superior a 1,4 masas solares, forzaría a la estrella a explotar como una supernova de Tipo Ia. En ese caso, a la distancia a la que nos encontramos, ¡su brillo proyectaría fácilmente sombras en el piso!
Bradley Schaefer, astrónomo de la Louisiana State University, encontró recientemente registros históricos de dos posibles explosiones anteriores de T Coronae Borealis, en los años 1217 y 1787. Teniendo en cuenta esas fechas, la erupción debería producirse alrededor del mes de abril, si bien lo más probable es que ocurra en algún momento entre abril y septiembre de 2024.
Fuentes consultadas
“Announcing T CrB pre-eruption dip”, AAVSO – https://www.aavso.org/news/t-crb-pre-eruption-dip
“The recurrent nova T CrB had prior eruptions observed near December 1787 and October 1217 AD”, Bradley Schaefer – https://arxiv.org/abs/2308.1366
“A dead star will soon spark a once-in-a-lifetime display in Earth’s skies”, Scientific American – https://www.scientificamerican.com/article/this-nova-will-soon-erupt-as-a-once-in-a-lifetime-new-star-in-the-night-sky