Nuevas imágenes obtenidas por el Telescopio Espacial Hubble revelaron una extensa nube de hidrógeno y oxígeno, probablemente en la forma de vapor de agua, extendiéndose desde el polo sur de Europa, una de las cuatro lunas más grandes de Júpiter. El descubrimiento refuerza la posibilidad de que Europa tenga un océano líquido debajo de su corteza congelada, e incluso podría ofrecer una manera más simple de obtener muestras del mismo, sin la necesidad de aterrizar en la superficie de la luna.
La sonda espacial Galileo, que orbitó a Jupiter entre 1995 y 2003, reveló que la superficie de Europa es sumamente caótica, con innumerables fracturas, riscos y fallas. Esto indica que su corteza de hielo es relativamente delgada, por lo cual esas fisuras podrían llegar a permitir el escape de agua desde su océano subterráneo. La misión Cassini detectó espectaculares géiseres brotando desde fracturas similares en la superficie helada de Encélado, una de las lunas de Saturno. Sin embargo, la Galileo no fue capaz de detectar ese tipo de actividad en Europa, y otras observaciones posteriores tampoco tuvieron éxito hasta ahora.
El hallazgo fue realizado por un equipo de astrónomos liderado por Lorenz Roth, del Southwest Research Institute en San Antonio, Texas. Los científicos analizaron imágenes de Europa obtenidas por el Hubble durante noviembre y diciembre de 2012 en longitudes de onda ultravioletas, que permiten capturar la luz emitida cuando las moléculas de hidrógeno y oxígeno colisionan con electrones libres.
La columna de vapor de agua fue observada cerca del polo sur de Europa durante siete horas, aunque evidentemente se trata de un fenómeno transitorio, ya que apareció solamente en las imágenes de diciembre de 2012. Un modelo desarrollado por los astrónomos indica que la erupción tenía al menos unos 200 kilómetros de altura y arrojaba unos 3.000 kilogramos de agua por segundo. La energía que produce semejantes erupciones es casi con seguridad la fuerza de la marea gravitatoria provocada por Júpiter, que abre y cierra las fracturas en la superficie de Europa de acuerdo a la posición de la luna en su órbita alrededor del planeta.
La posibilidad de enviar una sonda robótica que aterrice en Europa y pueda acceder directamente a muestras del agua de su océano subterráneo parece lejana, sobre todo teniendo en cuenta el actual panorama de recortes presupuestarios en la NASA. Pero si este descubrimiento se confirma, y el agua del océano de Europa llega a la superficie a través de sus grietas y fracturas, la presión de la comunidad científica podría hacer que finalmente se aprueben misiones como el orbitador Europa Clipper, que podría volar a través de los géiseres y obtener una muestra de las erupciones de vapor de agua de Europa sin la necesidad de aterrizar en su superficie, de manera similar al sobrevuelo de Encélado por la sonda Cassini en 2008.