El 12 de abril de 2006, tras finalizar un viaje de 153 días y 400 millones de kilómetros a través del sistema solar interior, que había comenzado con su lanzamiento el 9 de noviembre de 2005, la sonda europea Venus Express encendió su motor principal durante 53 minutos para colocarse en órbita alrededor de Venus. Con esa maniobra, la sonda redujo su velocidad relativa hacia el planeta de 29.000 a 25.000 kilómetros por hora, y fue capturada por el campo gravitatorio de Venus.
Durante las próximas cuatro semanas, los controladores de la ESA (Agencia Espacial Europea) guiarán a la Venus Express a través de una serie de maniobras para alcanzar la órbita operacional adecuada para su misión científica. Esto la moverá desde su alargada órbita actual, de 9 días de duración, hacia una órbita polar de 24 horas, a 66.000 kilómetros de altura sobre la superficie de Venus. Desde este ventajoso punto de vista, la sonda realizará una observación profunda de la estructura, química y dinámica de la atmósfera del planeta durante al menos dos días venusianos completos (unos 486 días terrestres).
Mientras tanto, los ingenieros de la misión no pierden el tiempo, y ya han encendido varios de los instrumentos científicos de la sonda. Ayer el VMC (Venus Monitoring Camera, o cámara de monitoreo de Venus) y el VIRTIS (Visible and Infrared Thermal Imaging Spectrometer, o espectrómetro de imágenes térmicas visibles e infrarrojas) obtuvieron las primeras imágenes del polo sur de Venus, nunca fotografiado hasta ahora, mientras la Venus Express se desplazaba en su primera órbita elíptica alrededor del planeta.
Estas imágenes iniciales, de baja calidad, fueron obtenidas por la sonda a una distancia de 206.452 kilómetros de Venus, pero han capturado la atención de los científicos, particularmente por las estructuras sorprendentemente claras y los detalles inesperados que pueden observarse.
Los científicos están especialmente intrigados por el vórtice oscuro que resulta visible directamente encima del polo sur, una estructura nubosa similar a la que existe en su polo norte pero cuya existencia no había sido confirmada hasta el momento. “Apenas un día después de haber llegado, ya estamos observando el ambiente sumamente dinámico de Venus”, declaró Hakan Svedhem, científica de la misión. “Veremos muchos más detalles a un nivel sin precedentes, con una resolución cien veces superior, cuando nos acerquemos más. Esperamos ver cómo estas estructuras espirales evolucionan rápidamente”.
La imagen obtenida por el instrumento VIRTIS es un mosaico que muestra el hemisferio diurno de Venus a la izquierda y el hemisferio nocturno a la derecha, con una escala de 50 kilómetros por pixel. La mitad del hemisferio diurno, a su vez, es un mosaico de imágenes obtenidas por varios filtros en distintas longitudes de onda, y muestra la luz del sol reflejada por las capas superiores de nubes, a unos 65 kilómetros de altura sobre la superficie del planeta.
La imagen del hemisferio nocturno en falso color fue obtenida mediante un filtro infrarrojo en una longitud de onda de 1,7 micrones, y muestra estructuras nubosas dinámicas en forma de espiral a una altura de 55 kilómetros sobre la superficie de Venus. Las regiones más oscuras corresponden a una cubierta de nubes más gruesa, mientras que las zonas más brillantes muestran capas de nubes más finas, que permiten observar la intensa radiación térmica proveniente de las capas más bajas de la atmósfera.