Un equipo de investigadores de la NASA liderado por Michael Brown, astrónomo del Instituto Tecnológico de California (Caltech), anunció en una conferencia de prensa el descubrimiento de 2003 VB12, un objeto que podría constituir la primera evidencia observacional de la nube de Oort, teorizada por los astrónomos desde hace más de cincuenta años.
El objeto se encuentra a una distancia de 13.000 millones de kilómetros (86 UA), tres veces mayor a la que separa a nuestro planeta de Plutón, lo que lo convierte en el más lejano de todo el sistema solar. “El Sol parece tan pequeño a esa distancia, que podría tapárselo completamente con la cabeza de un alfiler”, comentó Brown. Denominado extraoficialmente Sedna, en honor a la diosa esquimal del mar, su diámetro es de casi 1.800 kilómetros, por lo que resulta el mayor objeto del sistema solar descubierto desde Plutón en 1930.
Brown, junto a Chad Trujillo del observatorio Gemini en Hawaii, y David Rabinowitz de la Universidad de Yale, descubrieron al “planetoide” el 14 de noviembre de 2003 usando el telescopio Samuel Oschin de 48 pulgadas, situado en el observatorio de Monte Palomar, en California, mientras estudiaban distintas regiones del cielo nocturno en forma sistemática. Pocos días después, el objeto fue observado mediante distintos telescopios desde Chile, España, Arizona y Hawaii, e incluso por el nuevo telescopio espacial infrarrojo Spitzer de la NASA.
La magnitud de Sedna es de 20.5, considerablemente más débil que la de 2004 DW y Quaoar, ambos objetos descubiertos anteriormente por el mismo equipo de astrónomos. Sedna tarda unos 10.500 años en recorrer su órbita extremadamente elíptica alrededor del Sol, del que se aleja unos 130.000 millones de kilómetros (900 UA) en su afelio. Dentro de 72 años alcanzará su distancia mínima al Sol; la última vez que estuvo en esa posición, nuestro planeta pasaba por una era glacial.
Según las observaciones del Spitzer, la temperatura en la superficie de Sedna nunca supera los -240ºC, por lo cual se trata del objeto más frío de todo el sistema solar. Otra de sus características más notables es su color marcadamente rojizo: se trata del segundo objeto más rojo del sistema solar después de Marte.
Rabinowitz informó que además fueron encontradas evidencias indirectas (entre ellas, el lento período de rotación de Sedna, de alrededor de cuarenta días) de que el objeto tiene un satélite; esto intentará confirmarse mediante observaciones a realizarse próximamente mediante el telescopio espacial Hubble.
Trujillo, por otro lado, ha comenzado a examinar la superficie de Sedna con uno de los telescopios ópticos e infrarrojos más grandes del mundo, el Gemini de Mauna Kea, Hawaii. Según comentó, “aún no comprendemos qué material cubre la superficie de Sedna. No se parece a nada de lo que podríamos predecir o explicar actualmente”.
La excéntrica órbita de Sedna coincide con la predicha para los objetos que compondrían la hipotética nube de Oort, un cinturón de protocometas y asteroides que rodearía a nuestro sistema solar extendiéndose más de un año luz a su alrededor. Sin embargo, Sedna se encuentra a una distancia diez veces menor del Sol que la esperada para ese tipo de objetos; Brown cree que en realidad el interior de la nube de Oort está mucho más cerca del Sol que lo pensado hasta ahora, debido a la perturbación gravitatoria causada por el paso cercano de una estrella hace millones de años. “La estrella en cuestión debe haber pasado lo suficientemente cerca de nuestro sistema solar como para resultar más brillante que la Luna llena, y por lo tanto ser visible en pleno día”.