En la noche del domingo 20 al lunes 21 de enero de 2019 se producirá un eclipse total de Luna, el único del año y que además resultará perfectamente visible en todas sus fases desde el continente americano. Además, el eclipse se producirá con la Luna cerca de su perigeo, por lo que nuestro satélite natural tendrá prácticamente el máximo tamaño angular posible.
En el transcurso del eclipse, la Luna se encontrará en el nodo ascendente de su órbita, en la constelación de Cáncer. De principio a fin, el evento durará casi tres horas y diecisiete minutos sin incluir las fases penumbrales, que son relativamente difíciles de detectar a simple vista.
El momento de máximo eclipse ocurrirá unas doce horas antes de que la Luna pase por el perigeo, es decir, el punto de su órbita en el que se encuentra más cerca de la Tierra. Por este motivo, el tamaño angular de la Luna en el firmamento terrestre será prácticamente el mayor posible, produciendo lo que los medios masivos de comunicación suelen llamar -exageradamente- una “superluna”.
Las fases más importantes del eclipse serán las siguientes. Todos los horarios están expresados en Tiempo Universal (TU):
- La fase penumbral comenzará con el primer contacto penumbral (P1 en el gráfico de arriba) a las 02:36:28.
- La fase parcial comenzará con el primer contacto umbral (U1) a las 03:33:55.
- La fase total (U2) comenzará a las 04:41:18.
- El momento de máximo eclipse se dará a las 05:12:18.
- La fase total (U3) finalizará a las 05:43:18.
- La fase parcial finalizará con el último contacto umbral (U4) a las 06:50:42 .
- La fase penumbral finalizará con el último contacto penumbral (P4) a las 07:48:05.
El eclipse será visible en su totalidad desde el continente americano, el este del Océano Pacífico y el oeste de Europa. Gran parte del eclipse podrá ser visto desde el centro y este de Europa, pero allí la Luna se ocultará bajo el horizonte local antes de la finalización del eclipse, impidiendo la observación de sus fases finales. De la misma manera, los observadores del centro del Océano Pacífico podrán ver el eclipse, pero la Luna recién saldrá luego de comenzado el eclipse, impidiendo la observación de sus primeras fases. El siguiente mapa ilustra la visibilidad del eclipse a escala mundial:
En la siguiente tabla ofrecemos la conversión a los horarios locales para los países de América Latina. En los países situados más al oeste, el eclipse comenzará durante los últimos minutos del domingo 20:
Argentina, Brasil, Chile, Uruguay (TU-3) | Venezuela, Bolivia, Paraguay (TU-4) | Ecuador, Perú, Panamá, México, Cuba (TU-5) | Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador (TU-6) | |
Inicio de la fase parcial | 00:33:55 | 23:33:55 | 22:33:55 | 21:33:55 |
Inicio de la fase total | 01:41:18 | 00:41:18 | 23:41:18 | 22:41:18 |
Máximo eclipse | 02:12:18 | 01:12:18 | 00:12:18 | 23:12:18 |
Fin de la fase total | 02:43:18 | 01:43:18 | 00:43:18 | 23:43:18 |
Fin de la fase parcial | 03:50:42 | 02:50:42 | 01:50:42 | 00:50:42 |
En el momento de máximo eclipse, el limbo sur del disco lunar pasará a 5,9 minutos de arco del centro de la umbra terrestre. Mientras tanto, su limbo norte estará a 6,5 minutos de arco del borde exterior de la sombra. Esto hará que el hemisferio sur de la Luna, inmerso en lo más profundo del cono de sombra de la Tierra, parezca mucho más oscuro que su hemisferio norte durante las fases totales del eclipse.
Las capas superiores de la atmósfera de nuestro planeta refractan los rayos solares rasantes que delimitan la sombra terrestre, filtrando la luz verde y azul. Esto hace de la fase total de un eclipse lunar un fenómeno llamativo, ya que la luz difusa refractada por la Tierra baña la superficie lunar con tonalidades anaranjadas o rojizas. Si un eclipse se produce tras una erupción volcánica de importancia en nuestro planeta, la superficie lunar resulta más oscurecida debido a la presencia de cenizas volcánicas en suspensión, lo que dificulta la refracción de los rayos de luz solar. Por ejemplo, durante el eclipse lunar total de diciembre de 1992, la erupción del volcán del Monte Pinatubo, en Filipinas, hizo que la Luna resultara casi invisible.
Si bien en la actualidad los eclipses totales de Luna tienen un valor mínimo en cuanto a su investigación científica, ya que para los astrónomos se trata de fenómenos completamente predecibles, resultan muy atractivos para la divulgación de la Astronomía, debido a que pueden ser observados a simple vista y generan gran interés tanto en niños como adultos.